“Nadie te impide obrar siempre y decir lo que es consecuente con la naturaleza, de la cual eres parte”
Marco Aurelio en Meditaciones, II, 9.
“Se dice que hacemos por nuestra voluntad lo que hacemos solamente de nosotros mismos sin sufrir ninguna coacción. Ahora bien, la completa libertad no se da en las cosas que están ligadas a la materia, y por eso en el ser sensible no hay voluntad propiamente, y si algunas veces se dice que los brutos animales quieren, se trata de un abuso del nombre, tomándose su apetito o deseo sensible por voluntad”.
Alberto Magno en “Sobre el alma, III, IV, I)
“Diez mil oyentes bien usaos son un ejército”
Gata Cattana en Desértico
Nos encontramos en la segunda mitad del s. XVI. El protestantismo ha supuesto un terremoto político-eclesiástico desde que en 1517 Lutero iniciase su cruzada particular contra el exceso de poder y ostentación de la Iglesia católica (Wikcionario, 2024). Esta dura crítica a la avaricia desmesurada de la principal institución religiosa de la época supone en Francia, país donde nace el texto que analizamos, el inicio de una época de guerras y violencia. Sólo entre 1562 y 1598 se sucedieron hasta 8 guerras distintas (Wikipedia, 2024).
El texto “Discurso de la servidumbre voluntaria” data de 1548 pero su difusión no pudo realizarse hasta más adelante, pasada incluso la muerte del autor en 1563 gracias a una personalidad estrechamente ligada a la de La Boétie, Michel de Montaigne. Sus primeras ediciones, nos cuenta Pedro Lomba “[…] siempre parciales, aparecen en el convulso universo intelectual del protestantismo francés del último tercio del siglo XVI, el calor de los acontecimientos políticos y religiosos que sacuden el reino de Francia tras la muerte de su autor” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 9). De hecho las primeras impresiones que tuvo el texto fueron a modo de “panfleto contra la tiranía y la represión” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 9) atribuyendo al autor una posición de activista que probablemente él no estuviese tan cercano. Independientemente de ello no hay duda que el texto tiene un fuerte carácter denunciativo hacia el poder y las formas de ejercerlo. Es por ello que “debido a lo extremo e inaudito de la idea en él propuesta, pasará mucho tiempo antes de que pueda ser leído como una reflexión filosófica acerca de esa paradoja absoluta según la cual la libertad natural del hombre es extirpada por su propia y casi inquebrantable voluntad de servidumbre” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 14).
Estamos aquí ante un servidor público, una persona formada, erudita incluso. Esto nos demuestra que desde la infancia ha obtenido una formación de alto nivel para la época y un acceso profuso a libros. No está de más recordar que a penas 100 años antes fue inventada la imprenta y con ella llegaron tanto la modificación del acceso a la información como la creación de esta. Las ideas del protestantismo que mencionamos, así como otras que alguien con las capacidades de La Boétie quisiera transmitir, se encuentran con posibilidades técnicas de amplia proyección. La publicación y acceso a textos, y por tanto las ideas que en ellos circula, aumenta exponencialmente según pasan los años. Será precisamente su estimado amigo y confesor Michel de Montaigne quien dé nombre a través de su obra principal a un estilo imperecedero: el ensayo.
Este acceso a la información acompañada de una sensibilidad propia de un hombre educado en la filosofía, las leyes, la poesía y la política generan un caldo de cultivo propicio en el que captar el espíritu de su época. La herencia sobre el cuestionamiento a la legitimidad de la Iglesia como única e infalible institución religiosa que deja el protestantismo es un abono ideal para el surgimiento de nuevos pensamientos. En línea con el espíritu renacentista de su época, el ejercicio de cuestionar-se se presenta como una metodología que irá marcando los siglos venideros. Pasar de una cultura eminentemente oral a una escrita ha supuesto una de las mayores revoluciones políticas en la Historia. Erik Davis nos recuerda en su libro “Tecgnosis: mito, magia y misticismo en la era de la información” la historia del dios Thot narrada en el Fedro de Platón. En ella habla sobre el día que Thot le ofrece al rey Thamus una ofrenda con la que aumentar la sabiduría y y memoria de su pueblo: la escritura. El rey rechaza el regalo argumentando que en realidad su pueblo estará mucho mejor sin este regalo ya que si todo estaba escrito, nadie recordaría nada (Davis, Erik. 2023. p. 53). Davis señala, muy acertadamente, que no deja de ser irónico que si bien Platón se posiciona del lado de Thamus, hoy encontremos un ejemplar del Fedro de Platón en la sección de filosofía de tu biblioteca municipal más cercana (Davis, Erik. 2023. p. 55). Aquello que tanto miedo daba al rey Thamus ha sido precisamente el acicate de cambios sociales y políticos en la Historia. Dejar registro de las ideas, postulados y manifiestos para levantar las conciencias es una práctica humana desde que existimos. El hecho de poder amplificar su mensaje a través de máquinas como la imprenta modifica el tablero de ese olvido al que tenía miedo el rey. En este sentido La Boétie lleva a cabo un acto que pueda desmontar la profecía de Thamus luchando contra “las condiciones que hacen posible el olvido y, por tanto, la renuncia, de una libertad y el deseo de defenderla” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 15). El acto escritural nace de la necesidad de La Boétie de renovar los sentimientos de camaradería y afecto fraternal en el intercambio de ideas a través del uso de la razón. Un acto propio de la Ilustración más profunda que busca volver a elevar el “afecto de aquellos que han preservado a pesar de los tiempos la devoción por la libertad, y por muchos que sean, es estéril porque no se reconocen entre sí: bajo el tirano, han sido totalmente despojados de la libertad de obrar, de hablar y casi de pensar, y permanecen aislados en sus fantasías” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 39). Estas fantasías, nos aclara el editor Pedro Lomba, no son otra cosa que la comunicación e intercambio de las representaciones, es decir, la puesta en común del sentimiento que se posee de la libertad natural. Al impedir la tiranía compartir las fantasías se está impidiendo que la libertad se convierta en un afecto colectivo (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 39). La profunda convicción de La Boétie sobre el poder de la difusión de las ideas nos ha hecho llegar hasta hoy tan poderoso texto.
Esta situación nos desvela además una situación más profunda, el motivo de la falta de acceso a la información y comunicación donde encontramos la razón de la situación actual de servidumbre voluntaria: la desigualdad. El autor condena y busca fervientemente entender el origen de esta desigualdad que hace hoy al oprimido amar a su opresor. El autor lo sitúa en dos frentes, uno más filosófico y otro más físico.
El primero es la pérdida del deseo de libertad. Podemos leer en sus palabras el jugo agrio que deja la constatación de cómo el sometimiento de los hombres al tirano está enraizado en la sinrazón. “Si naciesen hoy, por ventura, gentes nuevas […] no cabe dudar de que preferirían con mucho obedecer solamente a la razón que servir a un hombre” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 33). Él, hombre de letras y culto, es incapaz de entender esa ceguera popular y prácticamente podemos escuchar los golpes en la mesa al leer “resolveos a no servir más, y seréis libres. No quiero que os lancéis sobre él, ni que le derroquéis, sino, solamente, que no le apoyéis más […]”. ¿Donde nace entonces el deseo a querer estar supeditado a un tirano? ¿Dónde debería nacer en contraposición el deseo de ser libre? La Boétie sitúa entonces el deseo como fruto de la razón, reflexión que en siglos posteriores retomarán autores como Baruch Spinoza, Wilhelm Reich, Gilles Deleuze y Félix Guattari. En este contexto renacentista es siempre la Razón la herramienta a través de la cual podemos alcanzar la verdad.
El segundo, más físico, es lo que él denomina “el resorte y el secreto de la dominación, el sostén y fundamento de la tiranía” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 48) y nos da la perfecta definición de lo que a futuro hemos acabado viendo como forma de organización empresarial, política e incluso mafiosa de una estructura social. Una estructura centralizada, vertical y piramidal que logra hacer descender los beneficios de la tiranía así como las responsabilidades de su mantenimiento. Una situación en la que “siempre son cinco y seis los que mantienen al tirano […]. Estos seis tienen a seiscientos que prosperan bajo su protección, y hacen con esos seiscientos lo que ellos hacen con el tirano” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 49). Prácticamente es un primigenio esquema de Ponzi1 donde en cada escalón de la piramide se multiplican las personas con capacidad para subyugar al siguiente escalón siempre y cuando se beneficie al inmediato superior. En lo alto de la pirámide, en su cúspide, está obviamente el tirano, la figura última de representación de este sistema servil. Esta estructura de intereses y prebendas se presenta como una muralla acorazada ante cualquier interés por destruirla. Es tal la malla tupida de su organización que “al final se halla casi tanta gente para la que la tiranía parece ser beneficiosa, como gente para la cual la libertad sería agradable” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 49). La Boétie ve ahí la auténtica jugada maestra del tirano, una forma de sumisión donde el sumiso no logra ver la cúspide a través de la bruma de personas que la hacen estar sumisa antes ante ellos.
¿Qué le queda al individuo que aún desea la libertad frente a su semejante que obtiene beneficio de la tiranía? A lo largo del texto el autor nos va regalando algunas claves sobre su mirada humanista sobre el Ser del individuo. Una mirada, macerada en su condición católica, que será legado para el Humanismo en ciernes. “[…] si hay algo claro y evidente en la naturaleza y ante lo cual no nos esté permitido hacernos los ciegos, es esto: que la naturaleza, ministro de Dios, gobernante de los hombres, nos ha hecho a todos de la misma forma y, según parece, con el mismo molde, a fin de que nos reconozcamos todos como compañeros o más bien como hermanos” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 31). La desigualdad, por tanto, no es obra de la naturaleza ni de una predisposición a vivir en esa situación sino más bien una causa del acto de los hombres en vida, y por tanto, modificable. En algunos casos será normal amar a quien debemos obedecer ya que “no podemos ser siempre los más fuertes” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 24) y deberemos servir a quien nos defiende. En ese contexto podremos incluso amar el hecho de actuar así, siempre que nuestro defensor se haya ganado el mérito por nuestra defensa. En todos los otros casos el autor propone un acto radical de amor, empatía y fraternidad usando nuestro poder para ofrecer ayuda a aquellos que lo necesiten siendo compañeros, siendo pares, siendo amigos. Es aquí, en la amistad, donde sitúa la piedra angular de acción transgresora contra la servidumbre voluntaria. El texto por tanto se convierte en la carta de un amigo que necesita hablarte de algo que le conmueve enormemente y es darse cuenta de la situación de servidumbre en la que nos encontramos, que te encuentras tú que me lees, que me encuentro yo que escribo. Esa buena madre que es la naturaleza “nos ha hecho a todos este gran presente que son la voz y la palabra para intimar y fraternizar más y forjar mediante la común y mutua declaración de nuestros pensamientos una comunión de nuestras voluntades” (Boétie, Etienne de La. 2023. p. 30).
Hoy el texto sigue sorprendiendo como hace quinientos años, tal vez por razones diferentes, pero hay varias propuestas que aún podemos considerar vigentes. Nuestros tiranos contemporáneos son difusos e incluso simbólicos. Vivimos bajo distintos yugos, desde la política tradicional cuya desafección nos hace sentir alejados de las decisiones tomadas por los políticos para con nuestro interés, hasta el algoritmo que decide en nuestros dispositivos qué información me ha de interesar leer y cuál no. Podemos identificar a tiranos en personas, ideas o sentimientos. Tiranos a los que cuesta en muchos casos ponerle cara, como el capitalismo. Una forma de pensar, accionar y gobernar que se ha demostrado inválida para resolver las desigualdades, más bien para acrecentarlas. Su tiranía, tal vez la más sútil de todas ya que tiene bajo su yugo nuestra íntima capacidad de imaginar, de proyectar futuros. Ahí La Boétie nos avisaba con la necesaria vehemencia que es necesario que ejercitemos nuestra libertad para no perderla, que nuestro estado natural es aquel en el que somos capaces de decidir por nosotros mismos. Casi cinco siglos después y una historia de avances técnicos y sociales enfocados a la disciplina y el control de las sociedades y sus individuos, de estrategias políticas y de márquetin, parecen dejar el texto en un alegato ingenuo sobre la necesaria camaradería entre personas. Y tal vez pueda ser naif leído hoy, pero no por ello menos pertinente. El acto radical de poner los afectos en el epicentro de nuestro relacionamiento social era para La Boétie, y para nosotros hoy, una necesidad para combatir tanto la servidumbre como la desigualdad. Afectos que llevan a la empatía sin la cual es imposible ponerse en la piel de ese otro que nos hacen mirar como competidor. ¿Quién nos hace mirarlo así? Las lógicas de mercado, la máxima por la cual la competencia se convierte en el modus operandi social. Y de este modo acabamos abrazando voluntariamente una servidumbre a la vida capitalista, competitiva y depredadora. Pero atención, que aún falta hablar de un tirano contemporáneo.
Este es un tirano mucho más sútil que vive frente a la pantalla. El reflejo distorsionado que vemos en el monitor que vive demandando dosis cada vez más alta de dopamina para poder sostenerse en una sociedad que reclama sus ofrendas de exhibición cada vez más constantes. Una líbido de la exposición, las relaciones cortas y el éxito rápido. Tal vez este sea el mayor tirano contemporáneo y para el que necesitamos un auténtico ejército de amigos libres.
1Modelo de estafa piramidal en el que se atrae a inversores prometiendo ganancias que son pagadas por futuros nuevos inversores.
Bibliografía
- Boétie, Etienne de La (2023). Discurso de la servidumbre voluntaria. Trotta.
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Davis, Erik (2023).Tecgnosis: Mito, magia y misticismo en la era de la información. Caja Negra.
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Guerras de religión de Francia. (2024). En Wikipedia, la enciclopedia libre. https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Guerras_de_religi%C3%B3n_de_Francia&oldid=163527966
- Wikcionario.(2024) protestantismo – Wikcionario, el diccionario libre. https://es.wiktionary.org/wiki/protestantismo
1 comentario en «A propósito de “Discurso de la servidumbre voluntaria”»
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